Longí Navàs fou un científic jesuïta, especialitzat en entomologia, que nasqué el 7 de març de 1858 a Cabassers. Va desenvolupar la seva activitat científica i docent al Colegio del Salvador de Saragossa, fins que l’esclat de la guerra civil el va sorpendre de viatge a Catalunya. Es refugià a Caçà de la Selva, a casa d’uns amics, i morí de mort natural a Girona el 31 de desembre de 1938. El 2019 la seva família va localitzar el sepulcre on descansen les seves restes al Cementiri Vell de Girona.
Ara hem trobat l’obituari que li van escriure els seus companys de la Sociedad de Ciencias Naturales, de la que era fundador, publicat a la revista de la mateixa societat que s’editava a Saragossa.
Podeu veure l’article original a partir de la pàgina 22 de la Revista de la Sociedad de Ciencias Naturales, núms. 3-4, juliol-desembre 1938, i el reproduïm a continuació perquè glossa la figura del religiós i del científic que va néixer a Cal Navàs el 1858:
Un entomólogo ilustre
Ha muerto el R. P. Longinos Navas, S. J .
Dolorosamente impresionado por la noticia que acabo de recibir (1) de la muerte en Cataluña, su país natal, del Reverendo P. Longinos Navas, redacto estas líneas para dar conocimiento a los lectores de la ingente figura de dicho gran polígrafo, especializado principalmente en investigaciones entomológicas.
Nació en Cabacés, provincia de Tarragona, el 7 de marzo de 1858; con igual fecha del pasado año cumplió, por tanto, ochenta años. Ingresó muy joven en la Compañía de Jesús, a cuya formación humanística debió su profundo conocimiento de las literaturas clásicas. Versificaba muy bien en latín. Como él decía en frase ingeniosa, al dejar los estudios literarios para dedicarse a la investigación en’ Ciencias Naturales, descendió del Parnaso al estercolero, en donde se producían sus amados insectos y los vegetales inferiores. Dedicóse primeramente a la Geología, y había que verle cómo en busca de sus codiciados fósiles recorría incansable las montañas más abruptas para enriquecer en ejemplares curiosísimos las colecciones mineralógicas y paleontológicas del Museo de Historia Natural del Colegio, del Salvador, en donde dio la enseñanza de Historia Natural durante muchísimos años.
Después hizo objeto preferente de sus investigaciones a los vegetales, empezando por el estudio de los liqúenes de Aragón, que conocía perfectamente, y en especial los del Moncayo, compitiendo con las investigaciones que sobre el mismo tema realizaba también el insigne botánico aragonés don Benito Vicioso. Después, por el estrecho consorcio que existe entre los vegetales y los insectos, profundizó en los estudios entomológicos, en cuya especialidad tenía verdadera autoridad mundial.
Para tener más facilidad en publicar sus investigaciones, pues no le bastaban las numerosas Revistas científicas de que era asiduo colaborador, fundó el 2 de enero de 1902 la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales, en cuyos Boletines y Memorias consigna sus investigaciones de naturalista incansable. Más tarde, teniendo esta Sociedad Ibérica secciones en Madrid, Barcelona y Valencia, se transformó, perdiendo su carácter regional por amplificación, en la Sociedad Ibérica de ‘Ciencias Naturales.
En 1916 contribuyó con gran eficacia a la fundación de la Academia de Ciencias Exactas, Fisicoquímicas y Naturales de Zaragoza, de cuya sección de Ciencias Naturales fué presidente, y vicepresidente de la Junta directiva de dicha Academia.
En el tomo 12 (1928) de la Revista de dicha Academia se publicó una documentada Memoria, como homenaje al cumplir los setenta años de su vida. Dicha Memoria se publicó por iniciativa del presidente de dicha Academia de Ciencias, don Antonio de Gregorio Rocasolano, y en ella se hace una referencia detallada de sus principales publicaciones hasta dicha fecha, agrupadas en las dos secciones de Bibliografía ascética y Bibliografía naturalística.
Posteriormente fundó la Sociedad Entomológica Española, por medio de cuyos Boletines y Memorias, dedicadas exclusivamente al estudio de los insectos, se relacionaba con todas las Sociedades Entomológicas del mundo, cujas publicaciones enviaban a cambio del Boletín y Memorias de la referida Sociedad, única en su género que se publicaba en España.
En el mismo número de la Revista de la Academia de Ciencias (tomo 20, 1936) puede verse en la lista por orden alfabético de los autores y trabajos publicados, los numerosos artículos y Memorias, entomológicas principalmente, que publicó, impresas en dicha Revista.
Era, además, colaborador asiduo de la Real Academia de Ciencias de Barcelona, de la cual era académico numerario, como también de la Pontificia Academia Italiana, de la cual era también académico numerario, y de la mayor parte de las Sociedades Entomológicas del mundo.
En la familia de los diláridos era la primera autoridad mundial. Dicha familia constituye una sección de los insectos neurópteros.
Sus colecciones entomológicas, especialmente de dicha familia, eran codiciadas por los especialistas de estos estudios, y recibía constantemente en consulta para su determinación, no solamente insectos de su especialidad, sino también moluscos gasteróodos terrícolas, en cuyos estudios se había también especializado.
Su dominio del inglés y del alemán, • además del francés, le permitía asistir a todos los Congresos Internacionales Zoológicos, y especialmente Entomológicos, a donde llevaba .brillantemente la representación de nuestra Patria como miembro de las Academias españolas, de las cuales era socio distinguido.
En el Congreso de Nomenclatura Botánisca de Viena, consiguió por su prestigio’ que se admitiese el idioma español como idioma oficial para las publicaciones del Congreso, igualmente que el inglés, alemán y francés.
Sería innumerable la relación de las Sociedades científicas extranjeras de las cuales formaba parte, por cuya razón recibía invitaciones frecuentes para asistir a sus sesiones científicas.
En un folleto titulado “Los estudios sobre Neurópteros chilenos”, publicado por el profesor Dr. Carlos E. Porter, en 1923, en la Revisita Chilena de Historia Natural, y en el que se reseñan las publicaciones que sobre Neurópteros de Chile ha escrito el R .P. Navas, se consigna que el citado P’. Navas formaba parte de veinticinco Academias y Sociedades científicas.
Formó, con tantos años de investigación entomológica, una Biblioteca de dicha especialidad, que seguramente es la primera de España.
Descanse en paz mi querido amigo y sabio naturalista, a quien el Señor habrá premiado ya seguramente su benemérita e incomparable labor, como salfío y entusiasta entomólogo y como jesuíta.
PEDRO FERRANDO MAS
L’obtuari es va reproduir en una separata de la mateixa revista, en forma de recordatori: